Varios presos de una cárcel rumana se han divorciado y se han vuelto a casar con la misma mujer hasta cuatro veces para tener derecho a las visitas íntimas que se concede a los recién desposados, informa hoy la prensa local.
Los reclusos del penal de Vaslui, al noreste del país, disfrutan después del casamiento de una visita íntima de 48 horas, y durante todo el año siguiente pueden recibir a su cónyuge en este régimen dos horas cada mes.
Los presos que ya llevan casados más de un año, en cambio, sólo pueden recibir una vez cada tres o cuatro meses, con la condición de que trabajen y participen en actividades culturales y educativas.
Las autoridades de prisiones reconocen que son conscientes de esta original práctica para lograr más tiempo con su pareja.
Fuente: ABC (España)
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