Lucio Chacué, el difunto, pidió a su esposa que le cumpliera ese deseo: permanecer con el cadáver escondido en la casa porque él "regresaría a la vida". Alba Yacué, la esposa, cumplió y convivió los 30 días con el cuerpo del cónyuge muerto.
El matrimonio vivía en el paraje rural de la localidad sureña de Garzón, departamento del Huila. "Los vecinos siempre se interrogaban en voz baja el destino del cuerpo sin vida, pero nadie daba razón. Ni siquiera la misma esposa", señala la edición del diario local La Nación este domingo.
Los vecinos dieron aviso al Ejército que reportaron el caso al Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía. Agentes llegaron hasta la casa de la pareja y encontraron al fallecido, de 61 años, en el cuarto matrimonial.
"El cadáver estaba arropado con una sábana y en estado de descomposición", añade el periódico. La viuda pidió a la funeraria que arreglaran el cuerpo, pero que se lo devolvieran, ya que pretende sepultarlo en el patio de su casa.
Fuente: Infobae (Argentina)
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