Alan Hind tiene 28 años y vive sin un tercio de su cráneo debido a un accidente laboral. El joven cayó de una altura de casi ocho metros cuando trabajaba en el derribo de un edificio sin ningún tipo de protección ni medida de seguridad en Carlisle, en Gran Bretaña.
El joven sufrió lesiones masivas en la cabeza, incluyendo tremendas fracturas en el cráneo y la mandíbula, pérdida de la vista en un ojo y daño cerebral irreparable. También sufrió daño renal y se quedó sordo de un oído tras el accidente, ocurrido en febrero de 2008, según publica The Scottish Sun, noticia de la que hace eco los informativos de Telecinco.
Con menos cerebro
Los cirujanos llevaron a cabo tres operaciones complejas y seis meses después de su caída. Tenía el cerebro tan destrozado que los médicos tuvieron que quitarle una parte. Desde entonces Hind lleva una placa de titanio para reemplazar una gran parte del cráneo destrozado.
Un jurado condenó a su supervisor, Eric Murray, por hacerle trabajar en la azotea de un edificio sin equipo de seguridad ni capacitación para esa tarea. Hind trabajaba habitualmente en un matadero y no tenía experiencia en la construcción.
Durante el juicio, Hind esperaba que le colocaran la placa. Señala que fue "el momento más terrorífico. No había nada para proteger mi cerebro, sólo la piel. Estaba muy preocupado".
Hind está incapacitado laboralmente desde el accidente. Recibió con satisfacción el veredicto de culpabilidad de Murray y advierte a los jóvenes trabajadores que "si no es seguro, no merece la pena".
Fuente: Eco Diario (España)
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