Scott Brown, un ciudadano británico de 33 años y desempleado (perdió el trabajo por una depresión), ganó en un concurso de televisión de la cadena Channel 4, llamado Deal Or No Deal, 50.000 libras (casi 80 mil dólares). Hasta aquí, todo correcto: Brown no es la única persona, aunque no haya demasiadas, que se ha llevado un gran premio concursando en TV.
Lo curioso es que el bueno de Scott decidió gastarse todo el dinero sin decirle ni una palabra a su mujer Rachel.
Para llevar a cabo su plan, Brown tenía cuatro meses -desde que se graba hasta que el programa sale al aire- y los aprovechó. En 120 días, Scott consiguió patinarse los miles de dólares, justo antes de que Rachel viera por la tele cómo los ganaba. ¿Por qué? La pareja está en trámites de separación.
Tras ver el show, la mujer descubrió que su todavía marido se había comprado ropa, juguetes para sus dos hijos pequeños y hasta un iPad. Con el botín, Scott también pasó un día de fiesta en México y desembolsó 4.000 libras (más de 6 mil dólares) para comprar con un Jaguar familiar de segunda mano.
Las últimas libras que le quedaban las usó para pagarse un curso de electricista y cambiar de vida radicalmente y empezar de nuevo.
La vida conyugal que llevaban Scott y Rachel no era, para nada, idílica. Por eso, él no quería que su mujer disfrutara de la pequeña fortuna ganada. Sobre todo después de haberse enterado que ella salía con un camionero que había conocido por Internet.
Pronto se cumplirá un año desde que en Navidad la mujer le pidió el divorcio alegando que ya no lo quería. Sin embargo, una vez que vio el programa, Rachel no se quedó de brazos cruzados y pretende que la Justicia la reconozca como beneficiaria del premio. El problema es que a Scott no le queda ni un centavo: gastó 15.000 libras (casi 24 mil dólares) en liquidar todas las deudas que él y su esposa tenían con las tarjetas de crédito.
Fuente : Clarín (Argentina)
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