Un exitoso empresario ruso, Alexey Bykov de 30 años, quiso comprobar si su novia realmente lo amaba y no se le ocurrió mejor forma que fingir su propia muerte para ver cómo reaccionaba. Y no escatimó en detalles, contrató a un director de cine, varios especialistas y un guionista para organizar el falso accidente de trafico. Pidió a su novia, Irina, reunirse en un lugar especifico, donde le estaría esperando con toda la escena preparada.
Cuando Irina llegó, se encontró a su novio ensangrentado y un paramédico intentando reanimarlo. Le confirmó que acababa de morir y comenzó desconsoladamente a llorar. "Cuando llegué había coches destrozados por todas partes, las ambulancias, el humo, y la carnicería. Entonces vi a Alexey cubierto de sangre, tirado en el camino, y un paramédico me dijo que estaba muerto. Entonces me eché a llorar.", dijo a los medios de comunicación.
Una vez vista su reacción y feliz de ver que su novia realmente le amaba, se levantó y le propuso matrimonio. "Yo quería que ella se diera cuenta de lo vacía que sería su vida sin mí y de cómo la vida no tendría sentido. Creo que funcionó, aunque le prometí que sería la última vez", dijo Bykov.
Fuente: La Capital (Argentina)
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