Hipólito Ríos jugaba el domingo 19 de febrero en una máquina tragamonedas del casino central de Resistencia con las esperanzas y las reservas de siempre. Era de noche, y afuera del local hacía tanto calor que el ambiente refrigerado del lugar lo dejaba sin la menor intención de terminar pronto sus apuestas. Pero le ardió la cara al ver que en la pantalla, entre luces y sonidos estridentes, aparecía un mensaje que lo daba ganador nada menos que de 3,4 millones de pesos . No lo podía creer. Pensó que era un sueño. Ahora cree que es una pesadilla.
Es que Ríos, un hombre humilde de 54 años que subsiste haciendo changas como jardinero, no pudo cobrar el premio. Según su relato, cuando acudió a la caja para cobrar el dinero le dijeron que debía acudir otro día porque esas sumas no se pagaban mediante el trámite habitual. Cuando regresó, el miércoles 22, la actitud fue otra.
Le dijeron que la máquina “se había equivocado” y que lo que le correspondía era un premio de 2.500 pesos.
Ríos desde entonces intenta hacer valer la jugada que le hizo sentir que su vida cambiaba de un modo milagroso. Ya mantuvo un par de reuniones con las autoridades de Casinos Gala, –la empresa que desde hace dos décadas explota las salas de juego del Chaco, perteneciente a la familia Blaqué– y la respuesta que recibió en todos los casos fue la misma: hubo un error y el premio no le será pagado.
Con los nervios al borde un colapso por la situación, Hipólito casi no quiere hablar. Quien oficia de vocero es Orlando Ríos, uno de sus nueve hijos. “Mi papá está totalmente desilusionado con lo que está pasando. Somos gente trabajadora que no tenemos plata para un abogado. Esta gente (por las autoridades del casino) le tiraron abajo la ilusión a mi padre”, dice.
Orlando cuenta que Hipólito no recibió ninguna objeción cuando el domingo 19 informó que había ganado el premio millonario, pero que cuando volvió al casino “ se dio cuenta de que habían tocado la máquina para que apareciera otro premio, y le dijeron que sólo le iban a pagar 2.500 pesos porque ese tipo de tragamonedas nunca da premios tan grandes”.
Los Ríos buscaron entonces ayuda en Lotería Chaqueña, el organismo oficial que regula los juegos de azar en la provincia y que concesionó varias salas de apuestas a Casinos Gala, entre ellas el hotel-casino en que se dio este episodio. Allí efectuaron una presentación, pero los funcionarios no se involucraron hasta el momento en el conflicto.
El asunto llegará a los tribunales. Varios abogados vieron en el jardinero un cliente a quien vale la pena fiarle los honorarios. “Se acercaron unos diez profesionales para ofrecer sus servicios”, contó Orlando Ríos. La familia, ahora, realiza una suerte de casting para definir cuál de ellos los patrocinará.
Orlando cuenta que su familia también piensa llevar el reclamo “a la oficina de Defensa del Consumidor”, además de planear “una serie de escraches” ante el casino. “Ellos no aflojan y nosotros vamos a seguir”, advirtió. El muchacho dice que Hipólito “ no se hace mucha idea de la plata que ganó . Él dice que si finalmente puede cobrar el premio, lo que va a hacer es arreglar la casa y comprarse unas herramientas que está necesitando”.
Fuente: Clarín (Argentina)
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