Se trata de la caja de ahorros para la construcción, Wüstenrot· “Quien trabaje bien y mucho, vivirá algo que no podrán olvidar”, les prometieron los directivos· Los llevaron a Río de Janeiro
Según informa hoy el diario Handelsblatt, la caja de ahorros para la construcción, la alemana Wüstenrot, premió a sus agentes con una viaje a Río de Janeiro y con el servicio de prostitutas.
“Los que trabajen bien y mucho, vivirán algo que no podrán olvidar en mucho tiempo”, prometieron los directivos. 20 agentes de venta fueron enviados a Río de Janeiro, Brasil, con todo pago.
Se indica que en una revisión de la propia caja de ahorros alemana se encontró que entre 14 y 20 agentes comerciales acudieron a Barbarella, un local de baile en Copacabana.
Algunos de los representantes de Wüstenrot, al sur de Alemania, permanecieron en el local sin percatarse de qué tipo de establecimiento se trataba.
Como mínimo tres empleados, entre ellos directivos, llevaron prostitutas a la habitación y un cuarto llegó a la entrada del hotel con una acompañante del brazo, pero la mujer exigió unos 50 euros y el portero una tarifa adicional de 100 euros.
"La puertas del autocar (en el que viajaban) se abrieron y la mitad del grupo se bajó, incluidos directores de sección y otros directivos. Sólo pensé: 'no puede ser que Wüstenrot nos lleve a una casa de putas'", asegura un participante.
Otro asistente cuenta que la policía incluso detuvo a uno de los directivos en la playa, en presencia de una prostituta.
“Los que trabajen bien y mucho, vivirán algo que no podrán olvidar en mucho tiempo”, prometieron los directivos. 20 agentes de venta fueron enviados a Río de Janeiro, Brasil, con todo pago.
Se indica que en una revisión de la propia caja de ahorros alemana se encontró que entre 14 y 20 agentes comerciales acudieron a Barbarella, un local de baile en Copacabana.
Algunos de los representantes de Wüstenrot, al sur de Alemania, permanecieron en el local sin percatarse de qué tipo de establecimiento se trataba.
Como mínimo tres empleados, entre ellos directivos, llevaron prostitutas a la habitación y un cuarto llegó a la entrada del hotel con una acompañante del brazo, pero la mujer exigió unos 50 euros y el portero una tarifa adicional de 100 euros.
"La puertas del autocar (en el que viajaban) se abrieron y la mitad del grupo se bajó, incluidos directores de sección y otros directivos. Sólo pensé: 'no puede ser que Wüstenrot nos lleve a una casa de putas'", asegura un participante.
Otro asistente cuenta que la policía incluso detuvo a uno de los directivos en la playa, en presencia de una prostituta.
Fuente: DERF (Argentina)
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