Habían pensado el robo hasta en sus más mínimos detalles. El golpe fue en una estación de servicio que está en el cruce de la avenida Juan B. Justo y Artigas, en la zona norte de Flores. Y tenían todo tan organizado que uno de los ladrones se vistió como playero y atendió a los clientes que cargaban combustible mientras sus cómplices retenían a los empleados y a un policía, esperando que llegara el dueño del local para abrir la caja fuerte.
Ocurrió ayer a las 6,30 de la mañana cuando los tres ladrones armados coparon el minimercado de la estación y redujeron a la empleada de la caja, a un playero y a dos clientes que estaban allí.
Todos fueron encerrados en un sector del primer piso de la estación y los asaltantes decidieron esperar la llegada del dueño.
Según fuentes policiales consultadas por la agencia Télam, los ladrones permanecieron en el lugar durante dos horas. En ese lapso, fue cuando uno de ellos se vistió con el uniforme de un playero y despachó combustible a los clientes que iban llegando.
Un agente de la comisaría 41a. de la Policía Federal que se encontraba franco de servicio, llegó al lugar y también fue reducido por los ladrones. El policía también fue maniatado y encerrado junto con los otros rehenes. A él le robaron su pistola reglamentaria, una Bersa calibre 9 milímetros.
Cuando el propietario de la estación de servicio llegó al lugar, fue amenazado con armas y obligado a abrir la caja fuerte, de donde los ladrones robaron una suma de dinero que anoche no había sido precisada por las fuentes. También se llevaron algunos objetos de la gente a la que tuvieron cautiva.
Los ladrones dejaron a los seis rehenes encerrados y escaparon en una camioneta bordó que estaba conducida por un cuarto asaltante.
Los investigadores creen que los ladrones tenían información muy precisa sobre los movimientos habituales de la gente del lugar. El caso es investigado por el fiscal de instrucción Eduardo Cubría.
Fuente: Clarín (Argentina)
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