La chica no aguantó más y llamó, varias veces, al Servicio de Protección al Menor. Dijo que era de la comunidad de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. Y contó que había sido víctima de abusos físicos y sexuales. Que la habían obligado a casarse con un hombre mucho mayor que ella. Que ya tenía un bebé. Y, sobre todo, que tenía mucho miedo. Los llamados de esta chica de 16 años fueron el disparador del caso más importante en la historia de los Estados Unidos que involucra los derechos del niño.
Es que luego de la denuncia, la Justicia allanó el increíble rancho de 690 hectáreas que la secta construyó en Eldorado, en el sudoeste de Texas. Las autoridades no sólo se llevaron documentos y computadoras, también se llevaron a 416 chicos, que ahora están en un hogar, bajo la custodia del Estado. Ocurre que esta secta practica la poligamia y, además, los nenes llaman "mamá" a todas las mujeres de la comunidad, con lo cual, ninguno de los chicos puede decir con claridad quiénes son su padre y su madre biológicos. Son chicos sin identidad.
Y no sólo eso. Son chicos que tienen prohibido ver televisión, usar computadoras, ponerse remeras de mangas cortas o juntarse con otros nenes que no pertenezcan a la comunidad. Pero lo peor es que, al parecer, sufrieron abuso psicológico, físico y sexual. Una prueba por demás elocuente es que muchas de las niñas rescatadas están embarazadas. Ahora todos ellos -los adultos también- fueron sometidos a exámenes genéticos. La idea es que el ADN ayude a dilucidar los parentescos en una comunidad que es un gran rompecabezas humano que no pudieron resolver veinte asistentes sociales juntos.
La secta se hizo famosa el año pasado, cuando su líder espiritual, Warren Jeffs, fue detenido al probar que fue cómplice en una violación y que obligó a casar a una nena de 14 años con un primo suyo. El profeta sigue preso, esperando un juicio en el que también se lo acusa de incesto. Ahora todos sus miembros son cuestionados por abuso de menores. De hecho hay 300 abogados defendiéndolos. Y aunque en Estados Unidos la poligamia es ilegal, el Estado no quiere ponerse muy "duro" con la secta, porque teme un suicidio masivo como el de Waco, que culminó con la muerte de 80 personas.
Esta iglesia "Fundamentalista" practica la poligamia. Creen que el hombre va al cielo si tiene al menos tres mujeres. Y las mujeres verán allanado su camino a la salvación cuanto más sometidas se muestren ante el marido. "Por favor aclaren que los fundamentalistas no tienen nada que ver con nosotros, los mormones", rogó a Clarín Carlos Agüero, director Internacional de Asuntos Públicos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días de Argentina. Y explicó que la iglesia terminó con la poligamia en 1890, y que los fundamentalistas son los rebeldes: "Nosotros somos 13 millones en 170 países, ellos son apenas 10 mil escondidos en un desierto".
"El derecho de los padres a vivir en comunidad no puede cercenar los derechos básicos de los chicos, como son el derecho a la identidad, al juego y a estar integrado al resto de la comunidad -explicó a Clarín María Elena Naddeo, ex presidenta del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes-. Lo primordial es establecer sus identidades y luego tratar de buscarles sus familias ampliadas, es decir, tíos, abuelos".
Esta secta también se caracteriza por expulsar a varones rebeldes, ya que al ser polígamos hay exceso de hombres. El problema es el contraste con el "afuera". Pero ya hay grupos de apoyo preparados para ayudarlos a integrarse.
Fuente: Clarin (Argentina)
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