viernes, 9 de abril de 2010

Un hombre gasta 11 millones de la lotería en drogas y prostitutas en ocho años

Pasó de basurero a multimillonario en un día gracias a la lotería nacional británica. Los 11 millones de euros que se embolsó Michael Carroll, de 26 años, se han quedado, ocho años después, en un camino marcado por drogas, prostitución, joyas, a puestas... Y este tipo, que también gastaba en chulería (lucía un mercedes con la leyenda 'Rey de los Macarras'), dice que ahora que sobrevive con una prestación por desempleo de unos 48 euros diarios es "más feliz".

"Me he dado a la gran vida, pero ahora quiero recuperar mi trabajo y tener un salario normal. Es más fácil vivir con el dinero del subsidio que con un millón", ha afirmado en el Daily Mail. Carroll se separó de su mujer, quien se quedó con la custodia de la hija de ambos, un año después de ganar la lotería.

También gastó algunos millones con su familia y amigos y ahora cree que entre sus allegados había algunos "buitres" que se han beneficiado más que él del dinero que ganó. "Empecé a ver cómo es realmente la gente", afirma.

Calcula que otro millón se le fue en apuestas en carreras de perros y caballos y le entró una pasión por el oro que también le salió cara. Otro lo inyectó a su equipo favorito de fútbol, los Rangers. A finales de 2003 ya gastaba al día más de 2.000 euros en drogas -en 2004 pasó cinco meses en prisión por posesión de cocaína- y organizaba fastuosas fiestas repletas de droga y alcohol en su mansión en Downham (Norfolk) que le costaban más de 300.000 euros.

En sexo -dice que llegaba a estar con cuatro prostitutas al día- cree que se dejó más de 110.000 euros. Pero ya no mira atrás. "La fiesta ha acabado y me toca volver a la realidad", dijo a News of the World.

'The Independent' recuerda en un artículó muchos otros casos de personas que, tras la lluvia de millones, cayeron en desgracia y que hacen replantearse las respuestas a la quimera de qué haría uno si ganara tantos millones en la lotería.

Historias como la de Callie Rogers, de Workington, que ganó cuando tenía 16 años cerca de 2,1 millones de euros, con los que adquirió un Range Rover, intentó comprarse un novio -que pronto desapareció-, compró varias casas, dilapidó 450.000 libras en ropa, se aumentó el pecho y descubrió que la gente sólo la quería por su dinero. El año pasado, tras un intento de suicidio, declaró: "Desearía no haber ganado nunca".

Fuente: El Mundo (España)

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