miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cayó siete pisos por el hueco de un ascensor y sólo se quebró un brazo

Se salvó porque en el piso había una pila de maderas que amortiguó el golpe.

"Ay, pará, pará", alcanzó a gritar Diego Robledo (29), antes de caer al vacío siete pisos -unos 21 metros- por el hueco de un ascensor en un edificio en construcción en pleno centro cordobés. El muchacho habla en voz baja, casi ni se le escucha la voz. Su brazo izquierdo enyesado y un moretón atrás del hombro son las muestras de un accidente que pudo haberle costado la vida.

Afortunadamente, la suerte y el destino quisieron que este albañil cordobés nacido el 26 de septiembre de 1980 -y renacido el mediodía del pasado 9 de noviembre-, sólo sufriera la doble fractura de su brazo izquierdo y unos golpes menores.

Diego le contó a Clarín: "Estaba por levantar una carretilla antes de ir a comer, cuando no sé si me mareé y me caí por el hueco. Me acuerdo que dije "ay, ay, pará, pará", y nada más. De la caída no me acuerdo nada. Me desperté cuando me estaban subiendo a la camilla. La verdad que nací de nuevo".

Minutos después del accidente, el servicio de emergencias municipal 107 trasladó al joven hacia el Hospital de Urgencias. Y luego fue derivado a un sanatorio privado.

Este albañil trabaja en una obra de oficinas en la calle Belgrano al 60, en pleno centro de esta capital. En ese lugar trabajan habitualmente 15 obreros. "Pero como era lunes, habían faltado muchos, no seríamos más que seis", dijo Diego. El cumple tareas de albañilería en la planta baja, pero para suplantar a compañeros que no habían ido a trabajar, subió al séptimo piso, desde donde cayó al vacío.

Uno de sus hermanos, que también trabaja con Diego, explicó que "lo salvaron los fenólicos (maderas aglomeradas) que estaban abajo del hueco del ascensor. Cuando se cayó, los quebró a todos y eso le salvó la vida".

El ascensor era utilizado por los operarios como montacargas para subir y bajar material de los pisos superiores.

El lunes al mediodía, cuando ocurrió este accidente, Diego se había sacado los arneses y las otras prendas de seguridad porque ya bajaba a almorzar: "Quise agarrar la carretilla, cuando sentí que me caía. Me agarré de un palo o la manija de la carretilla, no sé muy bien, pero igual me caí por el hueco". Afortunadamente, durante su caída se hizo un bollo para protegerse y cayó de costado, lo que le fracturó el brazo izquierdo.

"Mañana lo operan, vamos a ver cómo sigue su recuperación. Pero está bien, lo vemos bien, ahora le vamos a festejar el cumpleaños en noviembre", bromeó su hermana Patricia.

Fuente: Clarín (Argentina)

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