«La forma más justa de volar», reza la promoción de Samoa Air, una compañía que desde que comenzó a operar el año pasado se vanagloria de ser la primera en cobrar a los pasajeros según su peso.
Para comprar un billete en Samoa Air es obligatorio declarar el peso y someterse a un recargo por kilogramo en una tarifa que puede variar según la distancia del vuelo.
El personal de la aerolínea se asegura de que nadie mienta ni en un solo kilogramo y coloca una báscula en la zona de embarque en la que todos los pasajeros deben pesarse antes de subir al avión.
«La industria parte de un concepto equivocado: no todo el mundo tiene la misma medida», explica Chris Langton, Ceo de Samoa Air.
«Las aeronaves siempre funcionan teniendo en cuenta el peso, no los asientos ocupados. Esa es la prueba de que nuestro concepto es el futuro. Es sencillamente más justo», se justifica Langton.
La aerolínea lleva operando con este principio desde noviembre, pero la revolucionaria idea no captó la atención de los medios hasta que comenzó a funcionar con vuelos internacionales, coincidiendo con la publicación de un economista noruego a favor de cobrar por peso en los vuelos.
En las islas del Pacífico, donde Samoa Air opera la mayoría de sus vuelos, están algunos de los países con más personas obesas, según el top 10 de la Organización mundial de la Salud. En concreto, Samoa esel cuarto país con más personas obesas, con un 59,6% de su población así considerada, según el ranking del 2008.
El listado de tarifas de la aerolínea cobra un recargo por kilogramo de44 céntimos en los vuelos nacionales y de 80 céntimos en los internacionales.
Por ejemplo, en un vuelo internacional con 400 kilómetros de recorrido, una persona con un peso de 150 kilogramos debería pagar unos 120 euros.
Langton asegura que tras el «shock» inicial, la acogida entre los clientes ha sido «increíblemente positiva». «La gente que pesa más de 200 kilogramos es consciente de que debe pagar más», concluye.
Fuente: ABC (España)
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