Una mujer inició los trámites de divorcio porque a su marido se le salió la extensión peneana mientras tenían relaciones sexuales. Girgory Toporov se hizo hacer la prótesis por médicos de Voronezh, Rusia, porque su miembro tal como había sido diseñado por la naturaleza no colmaba las expectativas de su señora esposa.
Este desafortunado y abnegado esposo no sólo pasó por la vergüenza de agregarse pito postizo y de perder un pedazo del mismo dentro de las cavidades de la mujer, sino que además ahora tiene que padecer la humillación pública internacional.
Y lo peor es que seguramente algún buen amigo en su momento le habrá dicho "Girgory no seas gil, no te casés". Y Girgory, como tantos, no supo escuchar.
Fuente: Deguate (Guatemala)
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