Una belga le otorgó su virginidad a un hombre y se quedó con una fortuna a cambio. La piba tiene 20 años y su nombre real está escondido bajo siete llaves.
La virginidad de una estudiante belga de 20 años, apodada “Noelle”, fue subastada al mejor postor a través de una empresa holandesa dedicada a la prostitución de lujo por 50.000 euros.
Según consigna la agencia DPA, citando a los diarios “De Telegraaf” y “Het Nieuwsblad”, la suma, equivalente a 74 mil dólares, fue abonada por un hombre cuyo nombre no fue divulgado.
La puja se realizó desde el mes de marzo pasado y tiene un “fin benéfico”, dijo Sarah Zentjes, directora del prostíbulo de lujo que organizó la subasta.
“Se trata de que, por esa cantidad, Noelle pase 24 horas con el cliente, que la podrá llevar a pasear durante todo el día y, por la noche, podrá llevarla a su casa o a una habitación de hotel”, agregó.
Una de las condiciones de este trámite “comercial” es que el cliente no podrá saber nunca el nombre real de “Noelle”.
La iniciativa levantó críticas en Bélgica y en Holanda, donde varias sociaciones feministas protestaron enérgicamente por la “instrumentalización” del cuerpo de la mujer en cuestión, la cual, sin embargo, declaró su pleno consentimiento a la “transacción comercial”, informan hoy los periódicos.
Además la joven aseguró que donará el 5 por ciento de lo que gane a “War Child”, una organización holandesa que se ocupa de los niños que son víctimas de las guerras en el mundo.
Por su parte Sarah Zentjes aseguró que donará 25.000 euros para esa misma causa.
Fuente: Crónica (Argentina)
Según consigna la agencia DPA, citando a los diarios “De Telegraaf” y “Het Nieuwsblad”, la suma, equivalente a 74 mil dólares, fue abonada por un hombre cuyo nombre no fue divulgado.
La puja se realizó desde el mes de marzo pasado y tiene un “fin benéfico”, dijo Sarah Zentjes, directora del prostíbulo de lujo que organizó la subasta.
“Se trata de que, por esa cantidad, Noelle pase 24 horas con el cliente, que la podrá llevar a pasear durante todo el día y, por la noche, podrá llevarla a su casa o a una habitación de hotel”, agregó.
Una de las condiciones de este trámite “comercial” es que el cliente no podrá saber nunca el nombre real de “Noelle”.
La iniciativa levantó críticas en Bélgica y en Holanda, donde varias sociaciones feministas protestaron enérgicamente por la “instrumentalización” del cuerpo de la mujer en cuestión, la cual, sin embargo, declaró su pleno consentimiento a la “transacción comercial”, informan hoy los periódicos.
Además la joven aseguró que donará el 5 por ciento de lo que gane a “War Child”, una organización holandesa que se ocupa de los niños que son víctimas de las guerras en el mundo.
Por su parte Sarah Zentjes aseguró que donará 25.000 euros para esa misma causa.
Fuente: Crónica (Argentina)
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