La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha comenzado hoy el juicio contra un hombre de 32 años acusado de insultar, maltratar y abusar sexualmente de su hermano, que se encontraba en silla de ruedas debido a una parálisis cerebral infantil. El hombre ha negado haber "tocado" o "pegado" a la víctima, y ha asegurado que "todo" se lo inventó su familia para echarle de casa, porque era drogadicto y no querían estar con él.
Las presuntas agresiones tuvieron lugar entre los años 2000 y 2001 en la vivienda en la que residían el acusado, la víctima y la madre de ambos, que ya ha fallecido, ubicada en el municipio valenciano de Alginet. El acusado ha indicado que en esa época mantenía una "buena" relación con su hermano --la víctima-- y, de hecho, ha comentado que "muchas veces le ayudaba a afeitarse o a lavarse porque nadie se hacía cargo de él. "Yo le aseaba y le cuidaba", ha dicho.
También ha reiterado que "nunca" le ha tocado, y que sus partes íntimas "se las lavaba él". "Jamás en la vida le he amenazado o le he dicho una palabra más alta que otra; en ningún momento le he levantado la mano ni le he pegado con un palo ni he hecho absolutamente nada", ha mantenido durante la vista.
El hombre también ha indicado que en esos momentos era drogadicto y que consumía heroína. Ha explicado que su madre y otro hermano --el que denunció-- querían echarle "a la calle" porque "estaba enganchado a las drogas". "Mi hermano le calentaba la cabeza --a la víctima-- para tirarme a la calle y para que mintiera, igual que hacía mi madre", ha señalado.
Frente a esta versión, la víctima, que ha declarado detrás de un parabán y con la ayuda de la directora del Centro de Día en el que está ingresado, ha señalado que solía cuidarle su madre, y que su hermano --el acusado-- no le limpiaba. Ha relatado --con ayuda de gestos-- que cuando se iban su madre y otro hermano de casa, éste le metía en la habitación, le pegaba con un palo y le llegó agredir sexualmente, "muchas veces".
Por su parte, la psicóloga que atendió a la víctima ha explicado que la versión que le dio fue "probablemente creíble" porque los hechos que relataba "eran congruentes con su malestar". Además, cree "difícil" que se haya podido inventar las acusaciones, y ha reiterado que es capaz de identificar tanto los afectos como las animadversiones.
Asimismo, otros dos forenses más han señalado que la declaración de la víctima "daba impresión de veracidad, y no había elementos de fabulación". "La credibilidad de su relato era muy fiable, y sobretodo no se pudo detectar una patología mental que indicase que esta persona podía confabular".
Fuente: Público (España)
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