El documento propone a las damas que se pongan "ropa interior en color carne, de preferencia en fibras sintéticas puesto que el algodón se arruga", y aclara a los caballeros que "el mejor momento para perfumarse es después de una buena ducha caliente, cuando los poros de la piel están bien abiertos".
Son sólo dos perlas que forman parte de un documento de 44 páginas llamado Código vestimentario a la atención de los colaboradores PKB. A saber: los que tratan personalmente con la clientela privada. Por el momento, el gigante helvético de las finanzas UBS aplica estas directivas solo en cinco oficinas piloto, antes de hacerlas extensivas (o no) a las 300 sucursales en territorio suizo.
Pero la publicación de los contenidos del código vestimentario en el prestigioso diario de Ginebra Le Temps provocó ya una tormenta de comentarios irónicos y risas generalizadas. Pero también demoledoras críticas, que ya comienzan a ser internacionales, por parte de sindicatos y especialistas.
"Es algo insoportable", afirmó ayer ante los micrófonos de France Culture François Chérèque, secretario general del sindicato de asalariados de Francia (CFDT). En opinión del sindicalista, "es pura y simple discriminación, que demuestra las condiciones en las que viven y trabajan los trabajadores".
Comidas sin ajo ni cebolla
Pero volviendo al documento, he aquí otras de las normas, sugerencias, directivas y prohibiciones del banco que la prensa suiza filtró la semana pasada. Para los caballeros: no se tolerarán las barbas de tres días ni las gafas de sol. Sus trajes han de ser siempre color antracita, azul claro o negro con rigurosa camisa blanca. Los zapatos, "negros y clásicos han de ponerse con ayuda de un calzador". Por cierto, UBS recomienda a los señores que "las chaquetas les cubran por completo el trasero", mientras que las damas deben evitar que "las faldas se suban a medida que caminan".
Entre las prohibiciones radicales, caben desde todo tipo de piercings y tatuajes, considerados "pasados de moda y muy poco profesionales", hasta las botas vaqueras. Pero el grado de detalle llega hasta los hábitos alimenticios. Es así que se sugiere a los empleados "evitar comer platos a base de ajo y cebolla de lunes a viernes".
También se aconseja abstenerse de lucir cualquier tipo se símbolo de pertenencia religiosa "con el fin de evitar herir susceptibilidades de la clientela extranjera". Mercados globalizados obligan. Pero lo que no parece herir las sensibilidades es el maquillaje. Por ello, las damas al servicio de UBS son invitadas a maquillarse a gusto, dado que "el maquillaje hace que las mujeres parezcan más profesionales" y al mismo tiempo, "pone en relieve el valor de la personalidad".
En el apartado de joyas y complementos, la proverbial precisión suiza aclara: "no más de siete para las damas y tres para los caballeros". Dentro de la rígida norma no entran las alianzas de matrimonio. De momento, y para alivio de los más de 64.000 empleados que el coloso bancario suizo emplea en todo el mundo.
Un nivel de detalle sin precedentes
Según la consejera en imagen Aude Roy, "nunca antes se ha visto en este país un código vestimentario que incluya tal lujo de detalles". Otro tema que levanta las cejas de los analistas parece ser "la desigualdad de trato entre hombres y mujeres". Siendo así que las exigencias planteadas a las damas son mayores, más precisas y abarcan más campos que las de los caballeros.
Igualmente, dado el grado de precisión de estas directivas, algunos observadores se preguntan si no sería necesario que el banco se haga cargo del costo de, al menos, parte de estas prendas y complementos exigidos a los trabajadores. Al mismo nivel que los restaurantes se hacen cargo de los uniformes de sus camareros.
Por su parte, los portavoces del buque insignia de la finanza suiza indicaron ayer que no tienen "ninguna intención de retirar las directivas".
Fuente: El País (España)
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