Según la sentencia, los hechos ocurrieron cuando el acusado, que reside en Albolote (Granada), fue a pasar la Nochevieja de 2005 a Málaga, donde vivía su primo con su mujer e hijos. Tomaron cerveza hasta las cuatro de la madrugada, posteriormente descansaron varias horas, hasta que a las diez de la mañana comenzaron de nuevo a beber.
Dado el estado de embriaguez que presentaban, decidieron acostarse vestidos en la misma habitación, el procesado en la cama pequeña y en la grande, su primo. Aproximadamente una hora y media más tarde, el primo se despertó sobresaltado, con los pantalones y calzoncillos bajados y con un fuerte dolor en el ano.
Sobre él se encontraba el acusado, a quién propinó un codazo para apartarlo. Inmediatamente se dirigió a la cocina, cogió un cuchillo y salió dispuesto a agredir al procesado. La esposa de la víctima, que no entendía lo que sucedía, le sujetó con la ayuda de sus hijos y ordenó al procesado que se marchara de la casa. Pero la víctima salió corriendo y logró retenerlo hasta que llegó la policía, a la que, por vergüenza, no contó lo sucedido. Cuando el primo recibió asistencia médica, se comprobó que sufrió una fisura del esfínter anal por la penetración.
El acusado declaró al juez que "se equivocó de cama cuando regresó de orinar y confundió a su primo con su novia". La Audiencia impone una indemnización de 6.000 euros para la víctima.
Fuente: El Pais (España)
Hombre, un fallo lo tiene cualquiera.
ResponderEliminarUn poco más y abusa hasta de los maniquís de los hipermercados. Ya hay que ser burro, ya.