Julia Schwarts se peleó con su mejor amiga por un novio. La lucha fue tan feroz que Michaela Bohn le arrancó a Julia la oreja de un mordisco. La cuestión fue que esa parte de la cara estaba tan perjudicada que los médicos no podían coserle la oreja de inmediato.
En busca de una solución para que el costado de la cabeza de Julia sanara y a la vez la oreja no se descompusiera durante la espera los médicos de Colonia, Alemania, se la implantaron temporalmente en una nalga.
Una vez que la cara sanó los doctores reubicaron la oreja en su lugar.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo y la creatividad del equipo médico la mujer les inició acciones legales. "Mi cliente ha sufrido un enorme stress emocional. Temía salir de la casa por su desfiguración hasta que se la recolocaron", declaró su abogado Reinhard Birkenstock.
Fuente: Crónica (Argentina)
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