En lo que describieron como “un rescate que tiene lugar una vez en la vida” los bomberos tuvieron que cortar la pesa con una radial. Cuando fue liberado, el afectado, del que no ha trascendido el nombre, pronunció las siguientes palabras: “Con esto me van a hacer el jefe de la tribu”.
La intención del hombre era utilizar la pesa para alargar su pene pero el resultado fue que se lo dejó prácticamente inútil: el metal cortó la circulación del pene, quedando la sangre atrapada en los cuerpos cavernosos e impidiendo, por tanto, sacar el miembro del agujero.
Inicialmente el hombre se dirigió al hospital, pero los galenos decidieron recurrir a los bomberos porque carecían de las herramientas adecuadas. Por su parte, los bomberos tuvieron que ingeniar un sistema de refrigeración con agua, para evitar que las chispas de la radial abrasaran el ya maltratado órgano del paciente. La delicada operación duró dos horas.
Fuente: Minuto Digital (España)
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