• Protesta porque le robaron finca.
Este alemán no cuida mucho su cabello, solo lo mantiene en una especie de colocho y a fuerza de costumbre se ha acomodado.Horst Dicter Schltz, tiene cuatro años de visitar cada año Costa Rica debido a un proceso que lleva en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pasa en una pensión seis meses al año, a la espera del resultado del proceso, pero su paso en nuestro país ha llamado la atención de quienes lo ven, debido al largo de su cabello.
Este alemán de 71 años y agrónomo de profesión, decidió no volver a cortarse el cabello como protesta contra las autoridades bolivianas, donde compró una finca y según dijo, se la robaron falsificando su firma.
El caso data de 1982, pasó hasta 1988 peleando en Bolivia para recuperar la finca, en la cual planeaba sembrar maíz y algodón entre otros productos, ya que es un apasionado del campo, pero la suerte lo traicionó.
“La última vez que me corté el pelo fue para la navidad de 1988, cuando un hombre me dijo que iba a ser imposible que recuperara mi finca por las influencias que se manejan. Decidí como protesta no volver a cortarlo hasta el día que me entreguen las escrituras de mi finca”, detalló.
Horst va para su veinteava navidad sin cortarse el pelo, porque una mujer pariente de un alto político boliviano le hizo una jugada para traspasar su finca, durante el tiempo en que él salió de Bolivia, dado que se le vencía el tiempo por el cual tenía permiso para estar en esa nación.
El paso de los años ha hecho que su cabellera alcance el metro con setenta y nueve centímetros, es tan larga que cuando camina una parte se le arrastra, y al sentarse parece tener una serpiente arrollada a su lado.
No le tiene ningún cuidado especial, solo lo ha dejado crecer y afirma que el cabello se va acomodando solo. Lo lava en la ducha aunque prefiere hacerlo cuando va a alguna piscina, por ser más fácil estirarlo donde hay mucha agua, y luego el sol lo seca.
“En las mañanas me pongo un alambre en la cabeza y eso es todo, el pelo no me da ningún problema, solo cuando se moja que se pone pesado. Para trabajar si sería incómodo, pero yo ya estoy pensionado”, explicó el agrónomo alemán.
Fue enfático al afirmar que nunca ha tenido piojos o algún otro tipo de plaga en la cabeza o en el cabello, ni tampoco le ha dado problemas para pasar de un país a otro ya que viaja muy a menudo.
“Solo una vez en Migración en Miami un hombre se puso a revisarme el pelo como buscando algo escondido, le dije que busca cocaína o plagas, porque si es algún bicho tiene que buscarlo en la cabeza porque ahí se moriría de hambre. El hombre se puso rojo y me pasó”, recordó Horst Dicter.
¿CUÁNDO SE LO CORTARÁ?
Aunque no le resulta incómodo sí añora los tiempos en que cada mes iba al peluquero, y espera que ese día vuelva pronto, pero dependerá del resultado del proceso que lleva en este momento ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Costa Rica.
Esa es precisamente la razón que lo trajo de Bolivia a San José, su lucha por recuperar la propiedad que perdió en el país suramericano y será el día que le entreguen la escritura de su finca nuevamente, cuando se corte el cabello. Según detalló está esperando que de Estados Unidos envíen el expediente a San José, pero ya tiene cuatro años de llevar el proceso en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y está dispuesto a esperar hasta que le devuelvan su finca.
Así que habrá que ver cuanto más le crecerá el cabello de aquí a que llegue el resultado.
Fuente: Extra (Costa Rica)
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